Una de las mejores formas de entrar en un año nuevo es entre risas y entre letras, por eso hoy te propongo varias comedias románticas con las que he pasado muy buenos ratos.
Debo decir que no soy una lectora proactiva de historias de romance y humor. No suelo buscar ese tipo de lecturas porque, por alguna razón, me olvido de que existen (y eso que me encantan las películas de este tipo). Así que, cuando doy con una de ellas, con una que me haga reírme como las locas hasta en la cola del super, se me queda grabada en la mente a fuego. Y, probablemente, será una de mis frecuentes relecturas.
Hoy, como primera entrada de blog del año, quiero traerte 4+1 de mis mejores experiencias con novelas de comedia romántica. Espero que si las lees, acabes con esa sensación maravillosa de que, por lo menos por unas horas, la vida es mucho más divertida de lo que creemos. O que no debemos tomárnosla tan en serio como hacemos por inercia.
Maggie ve la luz, de Marian Keyes
Tengo que confesar que tengo muchas novelas de esta autora en mi estantería. Hubo una época en la que las alocadas aventuras de sus protagonistas me regalaron muy buenos momentos, y por eso no puede faltar la más divertida de todas en esta improvisada lista.
El mundo de las hermanas Walsh suele ser desternillante (grandiosa esa mamá Walsh con su sabiduría popular). Pero Maggie, la hermana que tras romper con su marido se va a visitar a una amiga a Los Ángeles, tiene para mí la trama más hilarante de todas. Aparte de una fuerte crítica al estilo de vida hollywoodiense, Keyes nos trae personajes geniales como los productores tiburones, los eternos aspirantes a actores y actrices, las desventuras de su amiga Emily (que es guionista), los hippies trasnochados, los vecinos rarunos y, sobre todo, la visita de los Walsh desde Irlanda, preocupados por que su Maggie se eche a perder en aquel lugar pecaminoso.
Sin duda, una de las más geniales novelas de Marian Keyes. Aunque mis favoritas sigan siendo Un tipo encantador y Rachel se va de viaje. (Helen la intensa, me llaman).
Bridget Jones: Sobreviviré, de Helen Fielding
En su momento, Bridget Jones fue un estupendo soplo de aire fresco que sacudió el mundo de la novela romántica por su irreverencia y originalidad. Recuerdo que me gustó el primer libro, pero me reí muchísimo más con su segunda parte.
Fuera de todos sus ahora sí ahora no con Marc Darcy, la novela nos regala momentazos como el de Bridget haciéndole de canguro a los niños de una amiga, con vomitadas en el pelo incluidas, y nuestra heroína haciendo que tocaba la flauta para distraerles; el de la faja enrollada (hay que leerlo sí o sí) y decenas de comentarios para carcajearse, pero que, en el fondo, tienen una lógica aplastante.
Pero así, entre nosotras, debo reconocer que he visto muchas veces más la peli de lo que he leído el libro. Y es que el momento de las setas alucinógenas, el de la cárcel tailandesa y la pelea de Marc y Daniel en la fuente… me pueden. Sí, es de esas pelis que siempre veo aunque esté empezada. Y también es verdad que siempre fui muy de Hugh Grant.
Gente que viene y bah, de Laura Norton
En mi opinión, una comedia mucho mejor que la primera, aunque aquella tuviese más éxito. En Gente que viene y bah, la autora despliega una maravilla de secundarios que, a veces, eclipsan la historia de Bea y su pelirrojo. Le he leído varias veces y siempre disfruto con todos ellos.
La novela tiene una historia de las bonitas, de las de volver a tus orígenes cuando te han partido el corazón, de redescubrir a tu familia. Esto se habría podido contar de mil maneras, en formato drama o en tragicomedia, pero Laura Norton lo hace sacándote la sonrisa con los secretos familiares que se descubren con la vuelta a casa de la protagonista.
Y su historia con Diego, ese enemies to lovers, es fabulosa. La de escenas entre ellos que me han hecho reír a carcajada limpia. Por ejemplo, cuando la suegra de Diego se la encuentra en el jardín en pelotas, o la escena de la playa. Inmensas.
Eso sí, no veas la película antes. O mejor, no la veas. Quédate con el buen sabor de boca del libro.
Te lo dije, de Megan Maxwell
Como todas, tuve una época en la que leí mucho a Megan Maxwell. Ahora mismo he descubierto muchísimas otras autoras (sobre todo, autopublicadas), que me han hecho centrarme en ellas, pero sí es verdad que Megan ha tenido importancia en mis lecturas, al igual que en las de media España.
Una de sus novelas que me hizo reír a mandíbula batiente fue la inspirada en el cliché de chica finolis va al campo. A Victoria, una exitosa pero amargada ejecutiva, le han puesto los guindazos de la peor forma posible. Y encima su empresa le pide que se vaya a las Tierras Altas escocesas a convencer a un conde para un acuerdo comercial. Ella, toda Gucci, Louis Vuitton y tacones de doce centímetro, rumbo a establos llenos de estiércol y porridge mañanero apetitoso. El drama y las risas están servidas.
Y además de la vertiente de humor de la historia, siempre me pueden los arcos narrativos donde una protagonista odiosa va relajándose y se da cuenta de que una sonrisa hace ganar muchos más acuerdos que unas palabras punzantes. Y que la vida es más bonita sin fruncir el ceño y contar calorías.
Comedia romántica o no, es mi +1
Maldito karma, de David Safier, es una de las novelas con las que más me he reído en mi vida. No puedo catalogarla de novela romántica o comedia romántica, porque no lo es al cien por cien, pero sí que tiene una historia de reconquista del amado que hace que la pueda considerar mi +1 en este listado.
A Kim Lange, presentadora exitosa, le cae en la cabeza un trozo de basura espacial y muere en el acto. Al abrir los ojos, se entera que ha acumulado mucho mucho mal karma y que va a tener que currarse el poder reencarnarse de nuevo en un humano. Mientras pasa de hormiga a otros animales inferiores y ve cómo su familia sigue adelante sin ella, nos encontramos con una historia de risas auténticas, una sucesión de escenas fantásticas donde nuestra Kim va entendiendo que lo que quiere es arreglar todo eso que estropeó en vida, aunque sea reencarnada en una vaca.
Lo peor de Maldito karma es que lo presté y nunca volvió a mí. Moraleja aprendida a lo largo de los años: si recomiendas mucho mucho una novela, diles dónde pueden comprarla o pásales el link de Amazon. No te desprendas de tus lecturas favoritas ni bajo amenaza de… bueno, alguna amenaza muy mala.
Conclusiones: comedias románticas sí, sí y sí.
Este tipo de historias oxigenan y dan vida, sobre todo después de historias densas. A veces no nos acordamos de lo importante que es reír y llenarnos de buena energía, yo la primera. Así que voy a comprometerme desde aquí a incluir comedias románticas en mis lecturas, y dejarme de tanta historia intensa, que para eso ya tenemos la realidad que nos rodea.
2 comentarios en «4+1 comedias románticas para empezar (son)riendo el 2022»
Hala, más para la lista de pendientes… Te digo un título con el que me reí muchísimo en 2021 (y qué falta me hacía): “La manguera que nos unió”. De verdad que hubo momentos de carcajada limpia, y mucho mucho amor.
¡El título ya promete! Gracias por compartir, Ana, lo buscaré para el Kindle. Por cierto, ayer terminé «Hermano de viento», de Rose Gate, y aunque la trama en sí no es de humor, Rose saca su pluma más divertida y he tenido que parar para reírme varias veces. ¡Qué ingenio tiene esta mujer!