Mis reseñas de novela romántica -julio 2021

En este mes de julio he leído once libros entre novelas románticas y otras que no lo eran tanto, y que me han asegurado unos días de evasión, de disfrute, de risas, morbo, intriga y pasión a raudales. He conocido autoras nuevas, he apostado por las que me gustan de siempre, y hasta releí una novela de Lemaitre, ese maestro de la policíaca europea.

Estas fueron mis novelas románticas de julio:

«Quédate», de Tamara Marín

Ha sido mi primera toma de contacto con la autora, que aparte de esta novela tiene una decena más. La conocí por mi entrevista de la semana pasada con Yanira García y por haber visto un directo muy interesante que protagonizaban ambas.

«Quédate» es una preciosa novela romántica donde dos historias confluyen y serpentean, cada una con sus conflictos y dudas. Me ha encantado la trama de Víctor y Alma, esa pareja separada pero que en el fondo se siguen queriendo y deseando, y la de Carlota y Manu, con ese hombre que me ha hecho vibrar y enamorarme de él por todas las dimensiones de su personalidad. Es una trama con personajes reales, que buscan superarse a sí mismos, y que me han dejado un muy buen sabor de boca.

«Loco, sexy y millonetis», de Anny Peterson.

¡Qué decir de la forma de escribir de Lady Fuxia! A mí me tiene ganada desde lo primero que leí de ella, En el fondo me tienes, pero creo que con esta novela ha dado un paso más allá, con una trama redonda, adictiva, explosiva y llena de tantas emociones que es imposible que no te deje una resaca de órdago.

Debo confesar que el protagonista, Miki, se lleva todo de mí: mi corazón, mi alma y mi cuerpo serrano. Es demasiado brutal, excesivo, humano, todo lo que se le puede suponer a un hombre que se acaba de ganar el Euromillón y que lo está dando todo como si no hubiera un mañana. Pero también quiero destacar otra pareja que tendrá historia propia, y que cuya trama he vivido como si fuera mía: la de Sheila y Luis. ¡Madre de Dios! Qué enganche a su tira y afloja.

También me ha encantado la pandilla de Miki, esos Niki, Riki y Kiki, y el cameo de Chloe Morgan. En general, de lo que más me ha gustado de Anny. ¡Y con ganas de más!

«Tenemos chica nueva en la oficina», de Laura Delgado.

Este es una novela corta muy inteligente que sondea el interior de las personas y las motivaciones por las que se hace el mal. Había leído la novela «363 días» de la autora, y su elegante voz narrativa me hizo comprar esta novela corta (y también su título, me recordaba demasiado a la ochentera Farala y no me pude resistir).

Si alguna vez has pensado que el trabajo te está quitando la vida, no trabajas conmigo.
A mi lado vas a sentirlo, vas a vivirlo.
Bienvenida a la oficina.

Así reza la sinopsis de esta novela que es un bombón de regusto sorprendente.

Es perfecta para una tarde en la que quieres leer algo distinto y salirte de la novela romántica como tal. Te prometo que no te dejará indiferente.

«Luces, cámara, ¡follón!», de Yanira García

Ya la semana pasada estuvimos hablando sobre esta historia enemies to lovers entre Ciro y Munia, dos presentadores de televisión que se ven compitiendo sobre quién de los dos se queda en la cadena. Como siempre, Yanira tiñe esa competición de un humor fantástico, todo al más estilo de la comedia romántica clásica.

Otro punto que me atrapó de este libro fue justamente que ese humor está perfectamente combinado con la profundidad de los sentimientos de los protagonistas, de sus historias pasadas, de las decisiones que tienen que tomar para ser felices. Y ahí entra ese maravilloso protagonista que es Ciro (a pesar del desternillante Ciro come pepino): un hombre que sabe lo que quiere, que siempre va un paso más allá y que tiene un algo, como decía su madre literaria, que es imposible de explicar.

Muy recomendable y en mi ranking de los libros de Yanira, se está disputando el primer puesto con Greta Bover.

«La cueva de Mari», de Búho.

Entre tanta novela romántica he conseguido meter algún thriller, de esos que tanto me gustan. Y a pesar de que en un principio pensé que iba a ser una mezcla entre la «trilogía de la ciudad blanca» de Sáenz de Urturi y de la «trilogía del Baztán», de Redondo (por toda la mitología, las chicas asesinadas de forma ritual, el eguzkiloren), este libro no ha sido absolutamente así.

Me ha atrapado desde el primer momento por ese cabreo interno que tiene el protagonista, Iker, policía suspendido que no ha conseguido solventar unos crímenes rituales en Donosti y que ahora ha seguido a su mujer a vivir en la casa familiar de Getxo. La ambientación es clave: realmente sentí estar calada hasta los huesos o ver el refulgir de la tormenta, o la extraña incomodidad en casa de la misteriosa curandera. Y esto es crucial: sin una ambientación perfecta, la autora no habría podido crear la tensión y angustia que consigue hacer llegar al lector.

Además, el caso está bien construido. Si bien sospeché de cómo iba a resolverse el crimen (es lo que tiene haber leído durante décadas novela policíaca), me pareció un final solvente y a la altura del resto de trama.

«Ante una gran envergadura», de Magela Gracia

Debo confesar que compré este libro por lo mucho que me reí con su título. Me pareció atrevido e irreverente, y me picó la curiosidad. Acerté, porque el interior me lo leí en un pis pas.

Me gustó conocer el mundillo de la aviación, las pruebas que hacen los pilotos, cuál es la labor de los ingenieros, pero lo que más me llamó la atención fue esa evolución en el personaje de Iván, el famoso piloto en-VERGA-dura que tiene locas a todas las mujeres de la fábrica. De ser un bajabragas perdonavidas que viene de un desengaño amoroso, vuelve a darse la oportunidad de confiar en alguien, esta vez en Sam, una ingeniero que lleva enamorada de él años. La trama fluye con chispa, los diálogos son a la par divertidos e intensos, y el enjambre de secundarios también añaden un punto que sin ellos la historia no sería la que es.

«Tuya a medianoche», de Lisa Kleypas

Decidí leer una novela de esta autora porque siempre la citaban en todos los blogs como una de las grandes. Y esta novela en concreto, la primera de la serie Hathaways, me gustó tanto que debo dar la razón a todos los que hablaban bien de ella.

Una de las grandes virtudes de esta novela romántica histórica es que la protagonista no es la típica damisela que necesita un hombre para que en la vida todo le vaya bien. Amelia Hathaway tira de la familia con toda su energía, sobre todo de su hermano, un hombre echado a perder por una tragedia del pasado. Y en una de estas partidas de rescate, conoce al protagonista masculino, ese HOMBRE llamado Cam Rohan.

Ese fue otro punto a favor: un protagonista que no entra dentro de los cánones del duque X o el marqués Y. no, Cam Rohan es medio gitano, asquerosamente rico y desprecia las costumbres y convenciones inglesas, entre ellas el matrimonio. La autora le describe con tanta viveza que cada vez que había un diálogo, sentía los ojos claros de Cam clavados en mí. ¿Me habría transformado en Amelia por un momento?

Genial forma de abordar la histórica para no caer en los clichés de siempre y hacer que ahora necesite seguir con la serie (¡caerá pronto!)

«Amar una sola vez», de Johanna Lindsey

Esta fue la otra autora «de las grandes de romántica» que decidí leer en julio y poder tener una opinión sobre ella. Quizá no elegí bien el libro, o quizá no era para mí, porque realmente no me sorprendió como pensé que haría.

La novela te atrapa, la historia es fluida y ágil, pero no tiene ningún componente wow que quizá esperaba y que no encontré. Me parecieron más interesantes los secundarios, como los tíos de la protagonista, los Malory, y que de hecho componen una serie, a la que seguramente daré una oportunidad.

Si has leído a la autora y te encanta, déjame en comentarios alguna recomendación de sus novelas, porque como dije, quizá no elegí la adecuada para mí.

«Hermano de hielo», de Rose Gate

Fantástica esta historia que me mantuvo pegada al libro solo unas horas, porque lo devoré. Es el primer libro de la serie de los hermanos Miller, los gemelos idénticos que por dentro no son tan iguales. Este libro habla sobre Noah, el gemelo más introvertido y huraño, y que desde adolescente se ve eclipsado por el desparpajo de Dylan, su hermano. Sobre todo con Cris, la chica de la que lleva enamorado toda la vida.

La autora elabora un cóctel no solo de amor y sexo sino también de acción, intriga y suspense, con unas tremendas dosis de humor que solo ella sabe plasmar. Los diálogos de Cris con sus amigas Alba y Marien son dignos de leer (me encontré a mí misma riendo a carcajada limpia), y la ambientación en Brisbane (Australia) es maravillosa. Sin duda, Rose me ha dejado con los dientes largos para leer la segunda parte, «Hermano de fuego», que contará la historia de Dylan y su lucha para esclarecer qué pasó realmente con su mujer Winni.

«No sé quién eres y me da igual», de Noe Casado

Conocí a la autora con una historia que leí hace mucho tiempo, «30 noches con Olivia», que me fascinó por su carga erótica tan bien tratada. En esta nueva novela, tenemos sexo, sí, pero también tenemos una historia de amor atípica y por ello más hermosa aún.

Me ha enganchado muchísimo ese enemies to lovers de Delia y el perroflauta, muy divertida y con una explicación a todas las situaciones extrañas que se van dando desde el crucero hasta la cabaña perdida del mundo. Quizá lo que menos me cuadró fue el final, porque no entendí las motivaciones de la protagonista para determinadas acciones, pero esto no empañó la sensación general de la lectura.

Y ahora que la volví a leer, seguro que retomaré sus libros para estas tardes veraniegas largas y cálidas.

«Camille», de Pierre Lemaitre

Esta fue una relectura ya que es novela que leí hace ya años, cuando devoré todo lo que producía Pierre Lemaitre. Es uno de mis escritores favoritos de novela policíaca, aunque esta novela a mi parecer no le llega a su obra maestra, «Irene».

Es un texto escrito casi cinematográficamente. Es increíble cómo el autor es capaz de contar en tiempo presente y con una premeditada desafección, una primera escena que nos describe una agresión de gran violencia. De esas que firmaría Tarantino. Y así es todo el libro: parece que estamos viendo una película, es tal la acción, el grado de tensión y la ambientación que construye el autor.

Un punto aparte merece el protagonista, Camille Verhoeven: ese policía sagaz, inteligente, apasionado y que vive profundamente sus grandes miserias a la par que atrapa asesinos. Su maravillosa manera de conseguir lo que quiere tirando de los hilos que más le interesan maravilla al lector, y quien le haya conocido en «Irene», puede entender la hondura de su tristeza y desazón ante los acontecimientos de esta novela.

Lemaitre es un grande. No de novela romántica, pero sí de policiaca. Recomendadísimo.

Y con esto termino, romántica. Cuéntame si has leído alguna de estas novelas, y si quieres recomendarme alguna, ya sabes, déjamelo en comentarios.