Definir bien los personajes
Desde que aprendí a hacer fichas de personajes, abordo con muchísima más tranquilidad el proceso creativo. Al principio no conocía su existencia, incluso las primeras veces que escuché algunos podcasts hablando del tema me pareció un rollo patatero. No, querida, no lo es. Es una herramienta que te ayudará muchísimo si la haces con gran nivel de detalle.
Si en algún momento tienes una duda sobre cómo actuará un personaje, solo tienes que ir a su correspondiente ficha. Hay muchos ejemplos de fichas en internet, coge la que más te guste y modifícala hasta que sea lo más completa posible. Yo la suelo hacer de los protagonistas y de los secundarios más importantes, no hace falta que la hagas de todos y cada uno de los personajes que salen en tu novela.
Pasarla por una buena corrección
Cuando publiqué la novela por primera vez en Amazon, la había corregido solo yo. Sí, no suelo tener faltas de ortografía, ¿pero y todo lo demás? Los adverbios, gerundios, frases hechas, puntuación, adjetivos… Todo eso mejora si te lo revisa un profesional (como acabé haciendo a los pocos meses). Y ya si contratas una corrección de estilo, tu novela brillará como el sol. Esto lo probé con «La niebla en mí», y ya no podría prescindir de este segundo tipo de corrección.
Tener una audiencia que te esté esperando
Cuando empecé a escribir «Desde el rompeolas», no pensé en publicarla. Por eso me cogió el toro y cuando la lancé, nadie me conocía a mí ni, evidentemente, a mi novela.
Fallo garrafal para alguien que se pasaba la vida averiguando los gustos de su público objetivo para impactarle de la forma más relevante y eficiente. Marketing de multinacional, con presupuestos grandes y mindset de construcción de marca a largo plazo.
Pero en esto de la autopublicación tú lo haces todo, no tienes una agencia de publicidad o de medios que te haga el trabajo. No, aquí a la lectora te la ganas tú, con unas redes de contenido relevante e interesante, con una estrategia de promociones bien articulada, con unos lanzamientos planificados hasta el más mínimo detalle, e innovando para que esa lectora a la que quieres enamorar te siga y te compre.
Tú eres la que tiene que escribir tus posts, aprender a usar Canva para hacer unos diseños bonitos, manejar los Facebook ads, los Amazon ads y analizar su ROI, estar al tanto de todas las innovaciones en redes sociales (no puedes quedarte atrás aunque odies hacer reels), quitarte el miedo al ridículo porque necesitas hacer directos y vídeos…
Yo no había preparado nada de esto, ni siquiera sabía de la existencia de bookstagram. ¿Desidia o ignorancia? Creo que nunca pensé en que la escritura se convertiría en lo que es hoy en día en mi vida, así que creo que fue una mezcla de las dos.
No tener una comunidad de apoyo
Si pudiese volver atrás, evidentemente haría las cosas de otra forma. Al ser una lectora voraz, quizá me hubiese abierto un perfil de reseñas para ir haciendo comunidad, tanto de lectoras como de escritoras. Con eso habría tenido mucho ganado, porque empezar en esto sin conocer a nadie, es duro.
Una de las cosas que más me frenaba para lanzarme era la inseguridad en muchas cosas y no tener a nadie con quien comentarlas. Ser parte de una comunidad te da un respaldo y una felicidad que hasta que no encontré la mía no entendí su importancia. Estaba en diversos grupos de apoyo de escritoras en Instagram, pero hasta que no entré en la Escuela Valiente de Rachel Bels, no fui parte de un grupo cuyos valores son aprender, compartir y ayudar.
Ahora tengo muchas compañeras con las que poder debatir, reírnos, echarnos una mano y hablar de esas cosas que solo nosotras entendemos. ¡Y eso no se paga con dinero!
Formarme antes de escribir
Con toda la formación tan increíble que hay disponible hoy en día, es un sacrilegio no hacerlo antes de publicar tu primera novela. Yo no lo hice y quizá sea el error más grande que cometí, porque habría hecho todo muchísimo mejor en todos los ámbitos: en escritura, en desarrollo de marca personal, en herramientas de promoción, en redes sociales, etc.
Una plataforma fantástica para aprender de muchísimos aspectos relativos a ser escritor es MOLPE (Marketing Online para escritores). En él, Ana González Duque lidera a un grupo de profesionales que han desarrollado cursos de contenidos perfectos para nosotras y un blog que merece la pena leer de cabo a rabo.