Una de las autoras más destacadas en el mundo de la novela romántica actual es Yanira García, escritora canaria con más de diez novelas publicadas que hacen las delicias de los que nos encanta la comedia romántica.
Cuando comencé a escribir y a autopublicar, descubrí todo un mundo de autoras de altísima calidad. Yanira García fue una de ellas: el hecho de que fuese de Tenerife, como yo, y las llamativas y divertidas portadas de sus libros, me hicieron leer Gabinete de crisis, y desde entonces, no me pierdo un solo libro de ella.
He tenido la suerte de poder entrevistarla en un directo de Instagram, y hoy te traigo esta entrevista condensada para el blog (lo cual ha sido complicado, porque como a las dos nos gusta enrollarnos como persianas, estuvimos más de una hora hablando. Y lo de resumir no es lo mío 😉
Siempre me ha gustado leer, y me sigue encantando aunque ahora tenga menos tiempo. En cuanto a escribir, empecé hace bastantes años como hobby. De repente hubo un momento en mi vida que algo hizo clic y me dije: «voy a escribir, voy a darle vida a una historia», y me lancé a la piscina.
Cuando comienzas en esto, no tienes ni idea a lo que te enfrentas. Ves la parte bonita (publicar, que te lean, que te reseñen) y no sabes que antes de eso hay fracaso, que no te lean, que no te den la oportunidad, que no te reseñen… Antes de todo lo bonito hay cosas muy feas, como el estar sola, el no poder hablar con nadie de cómo te sientes, o cuando te ponen una reseña mala. Y es que las reseñas malas duelen porque nadie sabe todo el esfuerzo que hay detrás de sacar una novela.
Ahora me puedo dedicar profesionalmente a esto, pero antes tenía que robarle tiempo a mi marido y a mi hijo para poder sacar una o dos novelas al año. Es muy duro verte sola, no tener con quién hablar, tocar una puerta y que no te contesten, que te menosprecien o que te infravaloren. Yo todo eso lo he vivido también.
Ahora estoy en una etapa bonita, con mucha gente que me apoya. Y solo siento agradecimiento por todas las lectoras y compañeras que tengo, por las blogueras que se ponen en contacto conmigo, por la gente que te reseña sin pedirte nada a cambio y solo porque quieren leerte.
Fue cuando autopubliqué mi primera novela, Gabinete de crisis. Yo tenía dos novelas anteriores publicadas con editorial pero con esta decidí hacerlo diferente.
Cuando lancé Gabinete me dije: “¿esto qué es?”, porque estuve en el top ventas no sé cuántos meses, me escribían decenas de lectoras comentando la novela, me reseñaban sin pedirlo, y a mí todo eso me pareció increíble. Descubrí un mundo.
Y luego vino la serie Los cabrones, y con ellos fue todavía a más. Ahí fue donde todo se convirtió en real para mí , y empecé a disfrutarlo, a vivirlo. Después de llevarme muchas cachetadas, ese momento fue en el que empecé a recibir caricias. Y fue superbonito, de verdad.
Todavía hoy hay gente que solo lee autores de editorial porque cree que son mejores. Muchas veces la autopublicación es una elección, el que autopubliques no quiere decir que nadie te quiera en su catálogo. Hay compañeras a las que las ha llamado una editorial y ellas han dicho que no.
De hecho, te voy a contar una anécdota: fui a una feria de libros hace un tiempo y recuerdo que hubo una chica que al pasar por el stand donde estaba yo con otras compañeras, dijo: “todas estas son las novelas que no quieren las editoriales”. Y lo peor es que lo dijo una compañera escritora. Es muy duro que alguien que debería empatizar contigo, que escribe, que sabe lo que hay detrás de una novela, haga un desprecio como ese al resto de compañeras que estábamos allí.
Enemies to lovers, sin duda alguna. Para que todas las novelas no caigan en el mismo patrón, intento evitarlo, pero podría encadenarlo una tras otra. También me encanta el de jefe-empleada (que también podría ser jefa-empleado). De ese cliché solo tengo una y no descarto escribir otra.
Otros que me encantan son el mejor amigo de tu hermano, como en Greta Bover, que mola mucho, y el del vecino, que es perfecto para desarrollar tramas de las que me gustan.
Pero el que más me gusta es enemies to lovers porque da pie a muchos diálogos con chispa e ingenio, con los protagonistas metiéndose el uno con el otro, de desarrollar esas situaciones de «nos deseamos pero no lo admitimos todavía». Es un cliché que me da mucho juego, como en Luces, cámara, ¡follón!, la historia de Ciro y Munia.
Pero no digo nunca jamás, hoy sé lo que escribo pero no sé lo que escribiré mañana. Yo no elijo la historia, la historia me elige a mí.
¡Siempre tengo varias tramas abiertas en mi mente!
En octubre saldrá la novela que cierre la serie de Los cabrones, con la historia de Diana, la hermana de Helena. Y para el año que viene, tengo el reto de sacar una serie de tres libros. Pero hasta que no me siente no seré capaz de decir de cómo van a ser. Se puede cruzar otra historia, te puedes bloquear, pueden pasar muchas cosas.
Yo soy de escribir hasta el final lo que tengo entre manos y no suelo dejar de lado ninguna historia para coger otra, pero no me gusta hablar de lo que estoy escribiendo por si hay cualquier percance y luego se va todo al garete. Pero si todo va bien, el año que viene habrá tres novelas relacionadas entre sí.
Con todos (risas). Me iría de guachinche con ellos (un restaurante muy canario donde se degusta comida tradicional y vino de la tierra). Tengo predilección por algunos, no te voy a engañar, pero me iría con todos para ver cómo interactuarían. Sus tramas no se entrelazan habitualmente, así que me encantaría verles en esa situación.
Pero si tengo que elegir, en cuanto a chicos me llevaría a Ciro, a Marc y a Guille. Y de chicas, a Helena, Diana, Greta y a Elsa, la concejala, porque me lo pasaría genial con ellas.
Me iría con Leo, de Gabinete de crisis, porque me partiría de risa con él; volvería a elegir a Elsa también para la fiesta, y a lo mejor me llevaría a Fabián y Loreto, de Luces,cámara, ¡follón!. También molaría que se viniese Nico, de Singles.
¡Con todos, en plan sándwich! (risas). Es imposible elegir, son todos míos, aunque tenga predilección por algunos.
Ciro y Marc. Sin dudarlo.
Marc, porque tiene un montón de cosas que me gustan, es muy canalla pero también es muy protector, muy cariñoso; Ciro… no sé decirte exactamente qué es lo que tiene, o en qué es distinto, pero tiene un algo que me vuelve loca. A pesar de todo lo que ha vivido y pasado, no tiene miedo a entregarse a lo que siente, y eso me gusta mucho en un personaje. Que no se resiste sino que sabe lo que siente y lo asume. Él se siente libre, aunque al principio duda un poco, pero es bastante sensato y lo admite sin temor y sin recelo.
De hecho es él el que al principio va a buscarla a ella. Y por eso al final jugué con que fuese ella quien iba a buscarle a él, para que siempre no sea el chico el que cede, el que va, el que tiene que moverse, sino que nosotras también tenemos que luchar y si nos equivocamos, afrontarlo y luchar por ello.
Tuve un problema serio con la tercera novela que tenía que entregar a editorial. Lo terminé, pero me costó muchísimo hacerlo. De hecho, entre la segunda y tercera escribí Gabinete, casi que «vomité» la novela. Pero yo soy muy cabezota y la iba a terminar. Yo me siento todos los días aunque no me apetezca. Abro el documento, releo, amplío, quito, pongo, apunto ideas, pero siempre me siento. Y todos los días escribo, aunque sea unas palabras. Por eso no he tenido un bloqueo como tal.
Cuando yo dije que dejaba el trabajo, no era para sentarme a ver a Ana Rosa Quintana. Era para escribir. Y me lo tomo en serio, soy muy estricta. Me pongo objetivos, plazos, palabras, capítulos, y si no lo cumplo, me siento mal.
Por ejemplo, hoy he escrito dos mil cuarenta y cuatro palabras, así que en cuanto terminemos el directo, me sentaré otra vez delante del ordenador para sacar otras mil palabras mínimo. Tengo que escribir más de tres mil palabras para sentirme bien. Porque si no, me mosqueo. Y si no me sale, no fluye, me pongo a hacer otras cosas que tengan que ver con mi trabajo: planificar publicidad, diseñar portadas, investigar para mis novelas.
Con Gabinete de crisis, porque tiene una mezcla de ingredientes muy chula. Por ejemplo, Los cabrones es muy loca, irreverente, políticamente incorrecta, pero Gabinete tiene un punto tierno, más profundo, de amor, familia, erótica, amistad. Pero siempre todo es cuestión de probar.
(Yo recomendaría también Greta Bover. Es una historia genial con unos protagonistas fantásticos, y tengo que decir que a mí el señor alcalde me dejó tocadita unos días).
¿Joey o Chandler? Chandler de toda la vida. Lo siento, me encanta. Joey también me gusta mucho, son grandes personajes, pero me gusta más Chandler por sus momentos épicos.
¿Aceituna o milhoja? Las dooos. Es que me gustan las dos cosas un montón. Pero si me pones a elegir, Milhoja de crema. ¡A por el dulce!
¿Cholas o tacones? Cholas (chanclas). Tuve una época de más tacón por el trabajo, pero no hay nada mejor que estar en cholas. Si me pongo tacones, no sé ni cómo caminar, parezco un pato. No me siento segura, así que prefiero las cholas siempre.
¿Cactus o gardenias? Cactus. Como el de mi tatuaje. Lo tengo clarísimo.
¿Ser invisible o poder volar? Ser invisible para espiar y me pondría a enterarme un montónd e cosas, a ver qué están escribiendo otras compañeras, podría investigar sin problema. Sin duda, ser invisible. Además me dan miedo las alturas, así que lo de volar me daría un vértigo horroroso.
¿Tortilla con cebolla o sin cebolla? Con cebolla. Me la puedo comer sin cebolla, pero la cebolla le da un punto jugoso que me encanta.
¿Mojo verde o mojo rojo? Verde, el de cilantro, lo tengo muy claro porque no me gusta el picante.
¿Madonna o C. Tangana? Ninguno, quizá prefiero un poco más a C. Tangana porque nunca he sido mucho de Madonna, pero tampoco me entusiasma C. Tangana. ¿Puedo cambiar por Vanessa Martín?
¿Comer o un polvazo? ¡Esta es la peor de todas! Es que comer es un placer, pero f***** está a otro nivel. ¿No puede ser un poco de cada cosa?
Yo habría hecho muchas cosas diferentes al principio, pero si las borrase, no estaría ahora aquí. Así que a los que comienzan les diría que disfruten con lo que hacen, que se dejen llevar, que encuentren su lugar dentro de la escritura; que se informen bien antes de tomar decisiones, que pregunten e investiguen, porque no es oro todo lo que reluce; y, sobre todo, que luchen por lo que quieren y que no se rindan. Al principio todos nos damos porrazos y es importante no bajar los brazos.
Con mi primera novela, no tenía idea de cosas como la forma de subirla a Amazon. Hay muchas cosas no sabes. Ni siquiera a la hora de escribir: por ejemplo, no sabes que debes utilizar un guion diferente para los diálogos. Son detalles tontos pero al principio son todo un mundo. Y si preguntas a alguien y no te contesta, busca a otra persona. Eso sí, siempre acércate con humildad y proactividad. No esperes que te hagan las cosas: primero inténtalo tú, y si no sabes, entonces busca ayuda.
El amor es lo mejor que hay en el mundo, ¿por qué entonces se tiende a menospreciarlo en literatura? ¿Tú sabes la magia que tiene transmitir en un libro todas las emociones, las mariposas en el estómago, la primera cita, la segunda…? Parece que no hay calidad dentro de la romántica. Me encantaría ver cómo un escritor de thriller, un género que considero difícil de escribir, mete en una novela sentimientos, valores, una historia con chispa… ¿Por qué tenemos que ser menos que los escritores de otros géneros?
Tengo amigas que escriben varios géneros, que además de romántica escriben thriller, y creo que cada uno tiene que escribir lo que le nace por dentro. Lo que no se puede hacer es juzgar, en plan «mira, otra novelita rosa», ni menospreciar a otro género cuando hay autoras que venden millones de ejemplares del mismo. Me parece muy feo. Jamás despreciaría a un compañero que escriba otro género.
Plantar un árbol, por lo de decir que he hecho las tres cosas importantes de la vida. Plantarlo y que no se me muera, que a mí se me muere todo. O también montar en globo, aunque tengo miedo a las alturas. Creo que puede ser una experiencia impresionante, como tampoco vuelan muy alto no me daría tanto miedo.
Y a ti, romántica, no te olvides de leer, ¡que en verano una lectura siempre sabe mejor!
¡Hasta la semana que viene!
Hay quienes sostienen que escribir distintos géneros literarios puede ser una buena actividad, sobre todo por «si suena la flauta». Puede que
La primera novela suele ser experimental porque, a no ser que te formes mucho antes de publicarla (que no es lo habitual),
Ser escritor emprendedor, escritor profesional, ganar dinero con tus libros, ser superventas, vivir de escribir… ¿Te suena todo esto? Debes haber o(le)ído
