Construir mis redes sociales literarias ha llevado lo suyo: tiempo, creatividad, tomar decisiones y evolucionar. No tengo la misma identidad visual ni verbal de cuando empecé, y seguramente que en unos años también se noten diferencias. Pero lo importante es que ahora me siento cómoda con ellas y que están atrayendo a lectoras día tras día.
Abrir unas redes sociales no se trata de poner un usuario y contraseña y llenar los posts de fotos de tu libro, esto tenlo claro. El tener una presencia relevante y llamativa en redes pasa por controlar varios factores, que veremos en este post, y una buena dosis de constancia y perseverancia.
¿Nos vamos a conquistar las redes?
Si son redes sociales literarias, tiene que estar en la bío
La bío es el primer punto de contacto de quien te busca (o te encuentra) y tu propuesta de valor. Por eso, no vale que la primera línea que pongas sea algo etéreo tipo «construyendo tapices de letras». No. Debes ser mucho más concreta.
¿Eres escritora? Pues ponlo. Y también qué escribes. ¿Por qué?
Porque el objetivo de la bío es decir al mundo quién eres y qué haces, por eso hay que ser muy concreta en ello. Si escribes historias de mujeres en el siglo XIX, ponlo. Si eres una escritora de fantasía urbana feminista, también lo pones. Se trata de concretar tu micronicho, ese del que tanto hemos hablado y que te ayuda a delimitar a tu lectora objetivo.
Otro punto importante de la bío es dar a conocer qué ofreces. Si son libros, servicios o coaching, lo que sea que forme parte de tu propuesta. Con ello, estás contestando a la pregunta «¿en qué me puedes ayudar?».
También puedes incluir algo que te identifique y que sea inherente a tu marca personal: un lema o un hashtag que hayas creado para ti, por ejemplo.
Como la bío de Instagram tiene una longitud de caracteres determinada, es interesante añadir un link donde esté recogida toda esa información que no cabe en tu bío: la web, el blog, los enlaces a tus libros o los servicios que ofrezcas. Ejemplos de estos generadores de links son Linktree o Metricool.
Aparte de esto, es crucial identificarte como escritora en las categorías que te ofrece Instagram, definir un usuario que te identifique (si firmas tus libros como Pepa Pérez, no pongas como nombre de usuario «laqueescribecositascuquis» o ese tipo de usuarios por las que nadie sabrá que eres tú), y cuida la foto que usas para tu perfil. Que se te vea bien la cara, proyecta una sonrisa y si es con tus libros, mejor. A la lectora objetivo le gusta ver quién está detrás de los libros que compra.
Un feed atractivo y basado en tu marca personal
Uno de los errores más frecuentes cuando abres tus redes es empezar a publicar cosas sin ton ni son, sin un esquema visual claro. Y es un error no solo porque visualmente tu feed es un caos y eso tira para atrás a cualquiera que lo vea, sino porque te hace gastar un tiempo precioso inventando plantillas para cada vez que vayas a publicar.
Lo más práctico es ir a Canva y crear las plantillas que vayas a utilizar. Para ello tienes que tener clara tu identidad visual: qué colores vas a usar, qué elementos gráficos o qué tipografía. Con esto en mente, genera como poco dos plantillas (así haces el damero de forma más fácil) que se complementen visualmente, elige la tipo para los titulares y para los textos, y dales flexibilidad por si tienes que modificarlos un poco en momentos concretos.
En el futuro podrás sofisticar tu feed con más plantillas, pero empieza por lo sencillo. Asegura que los colores que vas a usar son complementarios, que tienen armonía (hay feeds que hacen sangrar los ojos por la combinación de colores que utilizan) y que permiten pequeñas variaciones.
Los contenidos: clave para atraer visitantes
Si has hecho bien tu ejercicio de identidad verbal y tienes claro cuál es tu tono y los valores sobre los que vas a apuntalar tus textos, tienes parte del camino hecho. Ahora te quedará la parte de los contenidos, que es crucial para que tus redes sociales literarias sean realmente atractivas y generen interacción.
Empieza decidiendo cuáles van a ser los ejes de contenidos que vas a trabajar. Como mínimo deberán ser tres: uno sobre tus libros, otro sobre reputación y el tercero sobre la temática de tu mundo como escritora. Lo ideal sería trabajarlos de la siguiente forma:
- Eje de libros: aquí se trata no solo de hablar de lo que contienen, sino todo aquello que los rodea. Cómo te inspiraste, dónde se localizan, anécdotas alrededor de su escritura, los musos y musas de tus protagonistas… Todo ese salseo que gusta a quienes leen tus historias.
- Eje de reputación: este eje nos sirve para construir nuestra credibilidad como escritora, y por eso los contenidos que caben aquí son todos los que tengan que ver con contratos, firmas, ferias, entrevistas, apariciones en medios o premios.
- Eje de temática: si escribes sobre la regencia, sumerge a tu lectora en este mundo con contenidos interesantes sobre la época o reflexiones acerca de la misma. Si escribes sobre mujeres adultas, como yo, hay un sinfín de contenidos que hablan sobre los conflictos propios de la situación vital con la que las lectoras pueden identificarse.
Ahora solo te queda generar ideas sobre cada uno de los ejes y calendarizar esas ideas. Con ello, tendrás tu calendario editorial listo para la batalla, a falta de generar los visuales y los textos.
Frecuencia de publicación y rapidez de reacción
El último punto clave en todo esto de las redes sociales es la frecuencia de publicación. De nada te sirve subir posts dos veces al mes, el algoritmo jamás te dará cariño si lo haces así.
Lo ideal es publicar de media cuatro veces a la semana y en épocas de lanzamiento, por ejemplo, cinco o seis. Se nota mucho cuando publicas más: el algoritmo te hace mucho más visible y te trae un alcance mayor que cuando publicas menos. Y sí, es mucho trabajo el generar contenido para una frecuencia tan alta, pero todo es organizarse y programar estas publicaciones con antelación.
Otro punto importante es estar a la última en lo que ocurre en la actualidad y reaccionar rápido cuando hay algo de lo que puedas hablar con propiedad. No todas podemos estar pendientes de esto y además buscar hueco para generar ese contenido rápido, pero tenlo en cuenta para cuando tengas esa disponibilidad, no dejarla pasar. Te lo agradecerán tus lectoras y el algoritmo.
Hasta aquí este minipost sobre las redes. Espero que te haya sido de utilidad y si estás haciendo todo esto, me cuentes tu experiencia en comentarios. ¡Hasta la semana que viene, escritora!
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